SoftBank destapa la burbuja tecnológica

Como decía mi abuela, cuando el rio suena es porque trae piedras, y es que añadido a la situación que se vive hoy por hoy ya se empieza a gestar otra de la que seguro se hablará dentro de poco. El esquema de la inversión de capital de riesgo quizá vive hoy su mejor momento, tanto que incluso los gobiernos te dan dinero por hacer una maqueta de algo.

El año 1975, cuando moría el generalísimo, en California Don Valentine efectuaba su primera inversión de capital es una empresa llamada Atari. Don le dio a esta empresa 600 mil dólares. Solo un año después Atari se vendió a Warner y la valoración de esa inversión era de 2 millones cuatrocientos mil dólares, un retorno de 4x. Con ese dinero Don decidió invertir 200 mil dólares en 1978 en la naciente empresa Apple. Dos años después, Don nuevamente decide vender su participación a otro inversor, antes de que Apple saliese en oferta pública en bolsa, obteniendo 6 millones de dólares, un retorno de 30x. La filosofía de inversión de Don, fundador de Sequoia, era simple: si el mercado quería desesperadamente lo que tenía y ofrecía pagar 20 o 30 veces por ello, tenía la tendencia a dejar que se lo queden.

Este esquema en esteroides es el que se ve hoy. Donde la idea ya no es tanto construir un producto y que se venda bien, tal como aquellas desconocidas empresas llamadas Atari y Apple; sino que se basa en la idea de “quemar el dinero” para subvencionar una serie de cosas a fin de generar “el crecimiento exponencial” (no se refieren a la función matemática, por cierto) con la esperanza de que en 3 o 5 años alguien venga y compre así obtengas ese 40x. Una idea bastante peculiar la de estas “startups” de hoy en día y quizá la principal razón por la que Warren Buffet, el inversor mas exitoso de la actualidad y todos los tiempos, no ha invertido en tecnología, salvo por una reciente inversión en IBM y Apple.

¿Pero de qué va todo esto? Pues de que este frenesí está por acabarse y afectará tu vida. El reciente fiasco de WeWork no ha hecho más que abrir la caja de pandora para dejar que los inversores vean la burbuja que es el sector tecnológico hoy y cuyo combustible ha sido el Vision Fund de Softbank, un grupo empresarial japonés, dueño de Yahoo Japón, que ha incursionado de manera muy agresiva en el sector de capital de riesgo a nivel mundial.

¿Eso está bien no? Quizá argumente. Que haya más inversores es bueno para fomentar a los holgazanes, perdón emprendedores. Quizá sí, si el dinero es tuyo. No es el caso con este fondo. El dinero es de muchos inversores a nivel mundial, liderados por un fondo árabes, a quienes se les ha prometido un retorno de 7% al año por su inversión. Parte de este dinero son préstamos, parte inversión obtenida a través reuniones y cocteles. Lo usual.

Resulta que Softbank es una empresa con 100 mil millones en deuda fruto de sus adquisiciones en empresas que no generan rentabilidad o beneficio alguno, mas bien pierden dinero cada día. Con cada viaje que haces en Uber, Uber pierde dinero. Cada día que vas a tomar café gratis y jugar a trabajar en un WeWork, The We Company, pierde dinero. Quizá son las cervezas gratis, quizá el café, quizá que está en el negocio inmobiliario y se piensa que vende experiencias. Reflexión para el próximo latte. Razón de esto es que S&P y Moody’s han calificado a este fondo de Softbank como bono basura.

El buen Wolf Ritcher ha creado un podcast (inglés) donde explica el detalle, el meollo del asunto y porqué esto afectará a todo el ecosistema “startup”, si es que todavía no lo coge. Disfrute su latte, quizá sea uno de los últimos.

Me hace gracia cada vez que oigo hablar de ese crecimiento exponencial a gente que se ha pasado 5 años en una universidad, estudiando principalmente matemáticas, y que muestran este gráfico para explicarlo.

A ver si alguna vez aprenden algo de matemática.