Crónica macarra: Perú 0 - Colombia 3

Quizá se pregunte, querido lector, ¿qué de La otra crónica? Bien, resulta que es un nombre acuñado ya hace buen tiempo por el diario El Mundo, a la que se conoce también como LOC, por lo que hemos decidido un viraje, un cambio de frente que refleje los tiempos que corren y además el rumbo que siempre hemos recorrido. Es decir, las raíces y esencia, tarea similar a la que el flaco Gareca se ve obligado a emprender, una vez más. ¿Qué del Perú 0 - Argentina 2? Nada.

Se aprestaban los 3 mendigos digitales a lanzar memes y lavar la camiseta mancillada por no sé qué deshonor. Finalmente han celebrado, borrachitos de poder, el resultado del partido hasta altas horas de la noche. Nada nuevo, dado los antecedentes que uno puede constatar en los 4 vídeos que publican en YouTube. Nuevamente ha tenido que ser el hijo pródigo. El ajeno que lo dejó todo para arribar por primera vez al Jorge Chavez, ir a la VIDENA, luego al estadio nacional y horas después marcharse a casa. Un virtual ejecutivo del fútbol quien se convierta en héroe de los huérfanos de neuronas, y de la mayoría. Al menos éste, sí ha pisado el suelo patrio, no como Georges Antoine Chavez Dartnell, Jorgito Chavez para los amigos de los Altos del Sena con quienes jugaba al fútbol en el Racing.

Tres días antes los progres de la casa de la selección nos contaban historias sobre que Colombia venía mal, y que por tanto, no iba a arriesgar, más bien, si fuese por ellos, firmaban el empate apenas pisasen la cancha. Otros tantos oyentes de la radio se venían arriba cuando les cogían la llamada y pronosticaban: al menos un 3 - 0, “con goles de Paolo, Cueva y Lapadula”. Probablemente sea la misma gente que compra dólares hoy, pensando que subirán mañana y los han vendido ayer creyendo que bajarían hoy. Cosas de la gente que pasa frio con un móvil de 3000 soles en la mano.

La jornada nos deja una situación expectante. Gareca se enfrenta al dilema de echar a quienes le dieron resultado en su momento, como ya lo hizo antes, y que ahora se han convertido en los nuevos ricos del barrio, borrachitos de viajes de participación, con 0 resultados, y que no quieren salir de sus barrios en donde son los caciques. En realidad es esta la razón por la que se ganan la vida donde se ganan la vida. Nada más. Una versión mejorada de las “viejas glorias”, que de gloria solo conocieron las latas, cero títulos y muchas etiquetas y trabajo para los parásitos del fútbol. Hasta la próxima.