He tenido que buscar las noticias para refrescar el resultado de este partido, pues no recordaba si no fue uno, ni fueron dos, fueron tres; los goles que te vieron moliendo caña. La verdad que las páginas deportivas, debido a la ansiedad por ingresar algo del dinero que se están dejando en la nube, han dejado de enfocarse en lo deportivo en cuanto a presentación y contenido. Pero eso es harina de otro costal. ¿Porqué no ha habido crónicas desde el partido de local contra Colombia, o sea desde la fecha 7, cuando ya estamos en la fecha 13, trece? También es harina de otro costal, una mezcla y coalición de ocurrencias que solo traerán satisfacciones.
Hace poco más de un año atrás, el 27 de febrero de 2024, Sporting Cristal se enfrentaba a Always Ready, (Siempre listos, dispuestos o tal) por la fase dos de la Copa Libertadores. Esa tarde en la Plaza Mayor había un ajetreo veraniego. Iba yo comiendo unos churros San Francisco cuando unos muchachos, micrófono y cámara en mano, me abordan con un ¿le gusta el fútbol? Hombre… Inicialmente creí que eran los chicos de Fútbol en América, por los colores blanco sobre naranja, pero luego caí en cuenta de que no lo eran. Eran chicos de un canal del Alto Perú que, desde La Paz, venían a cubrir el partido. Oye que bien, les felicité. ¿Cree que el Sporting se llevará el triunfo? ¡Qué va! Llevan seis goles en contra. Es muy difícil remontarlo. ¡Pero tienen un gran delantero! Claro, pero no juega solo. Tal y tal. La historia ya la sabemos. Sporting Cristal 3, Always Ready 1. 7 frente a 3 en el global. Papelón. A llorar al río hablador. Siempre listos llego a pasar la fase 2, también lo hizo Bolívar. Ambos llegaron lejos en la Copa que debe de ser tu obsesión.
Esta vez muchos seguían con la cantaleta de que Venezuela y Bolivia son cuanto menos 6 puntos de local. La gente se hace una idea de las cosas y considera que siempre serán mas o menos igual. Que los hijos del tano que llegó a trabajar las tierras en el Río de la Plata seguirán con eso. Resulta que no. Los hijos prefirieron la vida citadina, la de la TV y sillón. De modo que los propietarios arrendaron las tierras a bolivianos, que no tuvieron más remedio que llamar a sus parientes para ayudarles. Hoy en día los bolivianos son grandes terratenientes y propietarios. El argento que se autodefine como «blanquito» a llorar al río, de la plata, esa que ya no ingresa; y porque «se está llenando de negros». Pues bien. En el fútbol no es distinto. Porque el fútbol de hoy no es más un tema de talento innato. Es mucho trabajo, sobretodo mental. Pensar y decidir cada vez más rápido.
En la cancha se vio el dinamismo del joven equipo verde frente a su longevo rival. Chicos que juegan en sus equipos en Brasil o Europa frente a señorones que juegan 45 minutos en banca. No desarrollaré el tema, pues también es harina de otro costal. Solo recuerde que la selección es eso, escoger entre los que alguien considera mejores para con eso armar un equipo que juegue al fútbol. No muy distinto a lo que ocurre cuando se reúne con los amigos en una cancha sintética cada mes. Considero que lo único que le falta a los actuales futbolistas bolivianos y venezolanos es coger un poco de esa astucia, esa maña, del viejo futbolista sudamericano para conseguir eso que suele romper el orden táctico. Eso que ha perdido el fútbol de hoy y lo que busca Europa, sin dejar de lado la velocidad. Junto con el dinamismo que han ganado, que otros no tienen y se empeñan en no tener, puede conseguirles alegrías como las de la generación chilena de los entonces dirigidos por Sampaoli, aquellos que el tigre se niega a jubilar. ¿Le suena familiar? Por algo será.