Esta es una historia algo reciente pero quizá poco conocida. En setiembre del 2014 el oncólogo de origen libanés Farid Fata ha sido condenado a 45 años de prisión por la corte de Detriot en un caso donde se le acusaba de someter a quimioterapias y tratamientos contra el cáncer a pacientes que estaban completamente sanos de este mal.
Gracias a esta práctica ilegal y condenable, el médico Fata había logrado obtener 225 millones de dólares. Se preguntará usted pero ¿cómo es posible esto en un país como Estados Unidos? llamado el primer mundo por quienes intentan maquillar su mediocridad. Pues, en este caso se ha demostrado que lo es porque la ley ha llevado efectivamente a prisión a este individuo independientemente de su capacidad económica.
El método que empleaba era 360 grados, como dirían algunos. Es decir empezaba con el diagnóstico de un cáncer a cualquier paciente sano, seguido de una serie de tratamientos y terapias onerosas por mucho tiempo. Sin embargo, no se ha quedado allí. El miserable prescribía tratamientos aún más caros y agresivos, en cuanto a las dosis, a personas que si bien era cierto que tenían la enfermedad, a la vista y según los pronósticos médicos ya no tenían ninguna esperanza de salvarse.
Este caso ha salido a la luz gracias a la colaboración de un informante que ha arriesgado su carrera para hacer la denuncia, como se cuenta en el informe de la cadena CBS que pongo debajo. El caso es uno de los mayores fraudes en el sector médico en Estados Unidos y posiblemente en el mundo, y es que este caso está relacionado al programa Medicare del gobierno. En EE.UU. no existe un seguro de salud público, sino algunas subvenciones como las de este programa de cobertura de seguridad social precisamente a pacientes de edad avanzada y con enfermedades severas. La estafa, al fin y al cabo, era pagada con dinero público de todos los contribuyentes americanos.