Durante la campaña electoral municipal se suelen decir muchas cosas y tratar de utilizar todo lo que sea necesario en contra del rival. Es lo que siempre ha habido y hay. El objetivo de esto es parecido al que buscan las marcas en publicidad, que la población asocie un atributo al candidato.
Con Ricardo Belmont, además de compararle con Trump por algunos comentarios sobre los venezolanos, se le ha sacado el tema del canal de televisión y la estafa a quienes compraron acciones. Entiendo que los miembros de este selecto club saben que todo eso es una mentira, un bulo propagado por los medios, como tantos otros para aturdir más a los analfabetos.
Y es que el tema se resume a eso. A la ignorancia, desconocimiento, no por omisión, de cómo funciona el mercado, y en particular el accionariado difundido. Esto es aún más curioso hoy cuando vemos tantas otras cosas que sí lindan con el delito y que las propias autoridades han denunciado. Si estas familiarizado con el tema de las ICO, es todavía más evidente.
Pero, volvamos a analizar los hechos. En el aviso que pongo previamente Ricardo Belmont hace una convocatoria pública para hacerse socio de un nuevo proyecto televisivo. De su parte ofrece lo que ya ha conseguido, que es la frecuencia para salir al aire y el local en el que se puede montar un estudio de televisión. Ofrece, a quienes así lo quieran, el convertirse en accionistas, es decir, dueños de una parte de la empresa y además otros beneficios colaterales por la propia operación del negocio. El precio de cada acción era 1 dólar americano o equivalente en soles.
En síntesis, lo que Ricardo Belmont ha hecho es una oferta pública de acciones, (OPA) en términos bursátiles. Indicando, además, que estas acciones se podrían negociar en la bolsa de valores (BVL). Los registros públicos indican que se vendieron cerca de dos millones de acciones de tipo A a cien mil accionistas, que en promedio habían adquirido 20 acciones, es decir invertido 20 dólares. Todos estos accionistas han quedado registrados en los tres volúmenes empastados del registro de constitución de la persona jurídica.
¿De donde viene el cuento, si hasta aquí todo parece normal? Quizá por los eventos posteriores. Durante los años del primer gobierno de García el país sufrió una crisis económica y un nivel de inflación solo superado por el actual régimen venezolano. Así que razón no faltaba para que, efectivamente, el valor del sol frente al dólar se vea diluido. Una coyuntura parecida a la del 2008 u otras crisis financieras mundiales, y que obviamente ha afectado el valor de estas acciones en el mercado.
Las acciones se diluyeron en su valor más de 100 veces. Y aquí está la clave. Una acción es un valor cuyo precio fluctúa de acuerdo al mercado. No es un depósito de dinero en una cuenta de ahorros que, en el peor caso, podría devolverte casi el íntegro. Adquirir una acción expone a un riesgo. El riesgo es que a la empresa le vaya mal. Si el negocio está mal, se perjudican los dueños. El accionista es también dueño. Esto posiblemente no lo tiene claro mucha gente y sirve de comidilla para que los medios vuelvan a montar la escena del opresor frente al pueblo. No es así.
No recuerdo si Canal 11, como empresa o sus directivos, hicieron esfuerzos para explicar este tema. Pero en cristiano, lo que ocurrió en ese momento ha sido lo mismo que ocurría cada día en tu hogar. Si ganabas 100 soles y con eso podías vivir 2 semanas, ahora ganabas 100 y solo alcanzaba para vivir 2 días, y cada vez menos.
La inflación afecta por igual a las personas y empresas. Si tu capital es de 2 millones y has proyectado que esa inversión permitirá mantener la empresa operando por 1 año, pero luego esos dos millones solo pueden pagar las operaciones (personal, compras, servicios como agua y energía, etc.) por 3 meses, entonces hay problemas. Aún cuando tengas ventas, cada día ese dinero pierde su capacidad adquisitiva. Si hoy vendes un servicio a 1000 y tu margen de beneficio es 50, mañana no puedes venderlo a ese mismo precio porque esos 50 ya no representan beneficio, pues tus costos se han incrementado por la inflación.
En ese mismo escenario, el país ha sido testigo de cómo miles de empresas quebraban y cerraban, dejando sin empleo a la gente. Canal 11 no ha sido la excepción. Quien haya esperado en ese momento vender sus acciones, o quizá solo que le “devuelvan la plata”, seguramente estaba viviendo en paralelo en otro mundo de fantasía. Esto no se puede comparar a, por ejemplo, los aportes de FONAVI que sí eran una especie de ahorro, donde la gente daba su dinero al estado para generar un fondo común, que pagase la construcción de viviendas, con la esperanza de obtener una vivienda propia entre éstas. Esta es la razón por la cual, años después, se ha devuelto el aporte (con un cálculo que equipara esos montos al valor actual del dinero) a quienes no lograron tal objetivo.
Por esto, quizá usted deba leer Quinpu más seguido y dejar el analfabetismo funcional para que le vaya mejor en la vida, sobretodo en materia de finanzas. Si va a embarcarse en alguna aventura debe informarse lo mejor que pueda, en especial si se trata de dinero. Canal 11 o RBC solo vendió acciones (papeles) cuyo valor luego de algunos meses ha decrecido considerablemente, al compás de toda la economía, dicho sea de paso. No ha habido nada fuera de lo normal en el mercado de valores. Si no me cree, le aconsejo buscar alguna sanción o comunicado de los reguladores como la SBS respecto a esta empresa, pues ofertar acciones en la Bolsa de Valores de Lima (BVL) no es un proceso sencillo como el dedicarse a cambiar dólares en una esquina.