Roba pero hace obra

Cuando trabajaba en la Bolsa de valores de Lima observaba desde la ventana a las decenas de incautos y muertos de hambre, que se habían creído el cuento de salvar la democracia, desfilar por la calle. Advirtiendo de esto e, intuyo, visualizando mi anti-marxismo, mi compañero de labores, un señor que tendría entonces cerca de 60 años, me aconsejo: no te metas en esa vaina. Sabias palabras, que luego explicaré.

Al día de hoy somos testigos de como el líder de ese movimiento, Alejandro Toledo, azuzado con dinero de George Soros, personaje que hizo fortuna a costa de incendiar conflictos en diferentes países, ha recibido la última estocada en la serie de acusaciones en su contra que ya se conocían incluso antes de esa época. El mal llamado adalid de la anti-corrupción ha resultado en un corrupto más. No sorprende a quienes observamos el asunto sin fanatismos.

En ningún caso he comprado totalmente la idea política de algún partido. De hecho no soy militante en ninguno, lo cual no me enorgullece pues en la vida uno tiene que tomar posición y trato de honrar eso. Durante estos años he observado que el mal común de muchas personas es comprarse un cuento y hacerlo suyo hasta el final. En la vida uno puede ser fanático de diferentes cosas. En la política, finanzas, negocios, mundo profesional o en la vida cotidiana esto no es aconsejable.

El fanatismo ciega y nubla el razonamiento. Esto lo sabe un hincha de fútbol que ha visto morir a sus compañeros en peleas de barras criminales. Ese mismo fanatismo de tipo criminal se instalo en las mentes de muchas personas y ha trascendido generaciones. Sin realizar el mínimo análisis se difundieron mentiras como el robo de 65 mil millones de dólares al Perú. El año 1990 el PIB del Perú era de 25 mil millones de dólares, mientras que el 2000 superaba apenas los 50 mil millones de dólares, ¿cómo sería posible robar más que todo el PIB? Se podrá agregar los números e intentar justificarlo pero esto tendría que ser muy evidente, tendríamos que haber entregado la mitad de territorio o algo similar cuanto menos.

El fanatismo también lleva a un circulo vicioso de falsedad auto-reforzada en la que partiendo de una premisa falsa, se elaboran razonamientos para reforzar esa teoría. Todos sabemos como termina. Así podemos encontrar enunciados como “roba pero hace obra”, que irónicamente ha resultado una buena definición para el personaje de quien comento al inicio.

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Aquí el buen Miguel Santillana hace una soberbia reseña de la vida de este personaje.

Algunas citas que dicen todo.

Se presentó al público como economista graduado en Stanford, cuando en realidad había estudiado en la Facultad de Educación, para ser profesor de Economía

Toledo se hacía conocer en todos los ambientes. Es así que entabló amistad con Carlos Manrique, el dueño de CLAE. Fue este personaje quien le pagó los gastos que irrogan ser “visiting scholar” en Harvard (para entonces unos US$ 75 mil).

En las elecciones presidenciales de 1995, aparece como la novedad política. Nadie me puede quitar de la cabeza que fue una creación de Vladimiro Montesinos para distraer el voto de Javier Pérez de Cuéllar. Cuando a Montesinos ya no le era útil, lo destruyó (ver entrevistas con Nicolás Lúcar).

http://politico.pe/noticias/lo-ultimo/gracias-alejandro-toledo-manrique_3938

Para cerrar una entrevista a George Soros, donde sin remordimientos acepta su modus operandi.