La FATF es una organización con sede en Paris, Francia que tiene como objetivo el elaborar directrices para el tema de la lucha contra el lavado de activos y financiamiento del terrorismo. Estas directrices se plasman en estándares que se recomiendan para que los países los implementen tanto en forma de leyes como de políticas para llevarlas a la práctica. Desde hace unos años a solicitud del grupo G20 ha decidido tratar el tema relacionado al ecosistema de activos virtuales a fin de que los estándares reflejen esta realidad.
Esta mañana ha publicado un informe en donde trata en particular el caso de las monedas estables, como se denominan en el ecosistema de activos digitales. El documento es un complemento al esfuerzo que han realizado para actualizar los estándares y cuya principal conclusión es que, junto con las regulaciones propuestas el 2019, se señala que los proveedores de servicio de activos virtuales, sean personas jurídicas o naturales, deben someterse a la regulación vigente y registrar información relacionada a las actividades de sus clientes como lo hacen las instituciones financieras, incluyendo a las transacciones con las denominadas monedas estables.
Las monedas estables son activos digitales que prometen la paridad de precio con el dólar americano, o en muy pocos casos con alguna otra moneda fiduciaria. Es decir, que aunque estas se negocian tal como cualquier otro activo, su precio unitario es siempre muy cercano a 1 dólar. Los diferentes proyectos de monedas estables han generado para ello esquemas que apalancan esta valoración con los precios de otras monedas digitales o activos, o directamente sin ningún artificio tecnológico crear una representación digital del efectivo que poseen en alguna cuenta bancaria.
Paris, 7 de julio 2020 -
Las denominadas monedas estables tienen el potencial de incentivar la innovación y eficiencia financiera y mejorar la inclusión financiera. Incluso cuando las denominadas monedas estables hasta el momento se han adoptado en pequeña escala, nuevas propuestas tienen el potencial de ser adoptadas de forma masiva a una escala global, en particular cuando son patrocinadas por grandes compañías tecnológicas, de telecomunicaciones o financieras.
De la misma manera que con cualquier otro sistema de gran escala para transferencia de valor, esta propensión a su adopción masiva la hace atractiva a criminales y terroristas para lavar el dinero que se obtiene del crimen y financiar sus actividades terroristas.
En octubre del 2019, el G20 ha solicitado al FATF tener en cuenta los problemas en relación al lavado de dinero y financiamiento del terrorismo respecto a las denominadas monedas estables. Este informe presenta la apreciación de la FATF respecto a las denominadas monedas estables y trata lo siguiente:
- Cuáles son las característica de las denominadas monedas estables (sección 1)
- Cuáles son los riesgos con relación al lavado de activos y financiamiento del terrorismo de las denominadas monedas estables (sección 4)
- De qué manera los estándares FATF son relevantes a las denominadas monedas estables y los diversos negocios involucrados en las denominadas monedas estables (sección 3); y
- De qué manera la FATF planea reforzar el marco de trabajo global respecto al lavado de activos y financiamiento del terrorismo para los activos virtuales y las denominadas monedas estables (sección 5)
Este informe se ha completado en simultáneo con una revisión de 12 meses de la implementación de las revisiones a los estándares FATF. En junio del 2019, la FATF ha reforzado sus estándares para esclarecer la aplicación de los requisitos respecto a la lucha contra el lavado de activos y financiamiento del terrorismo en relación de los activos virtuales y los proveedores de servicios virtuales. La revisión de 12 meses por parte de la FATF complementa los hallazgos de este informe. En particular, la FATF exhorta a todas las jurisdicciones a implementar los estándares FATF revisados como de mayor prioridad. El primer paso para asegurar una respuesta global efectiva a las denominadas monedas estables, y activos virtuales en general, es asegurarse de que los estándares FATF previos se hayan trasladado a la legislación doméstica y se hayan hecho efectivas.
Puede descargar el informe aquí: