Vehículos autónomos que matan

Seguramente en su entorno hay uno que otro que cree en la sandez de los vehículos eléctricos, y autónomos. Que pronto todo será eléctrico, renovable, verde. Que irá por la vida despreocupado pidiendo que lo recoja KIT, al auto fantástico, con solo darle la orden a su reloj inteligente.

Esta vez vengo a comentarle cómo estos vehículos van por la vida matando. Por supuesto, esto no hizo ruido en los medios masivos en su momento, no. Eso sería ir contra el progreso y una abominación en contra de la humanidad. Que haya uno u dos muertos es entendible para que se mejore y afinen los algoritmos. Es el coste que la sociedad debe pagar para un futuro mejor, a falta de Carriones.

19 de marzo 2018, un vehículo de Uber mata a una mujer que cruzaba la calzada con su bicicleta, como todo el mundo. Como el pollito o la gallina.

6 de marzo del 2019, el fiscal de Arizona ha determinado que no se puede responsabilizar a esta empresa por tal muerte. Claro, si solo es un programa con miles de condiciones y no estaba implementada una que diga: si una mujer aparece de las sombras y cruza con su bicicleta, entonces frenar.

En cualquier caso, varios vídeos en Youtube muestran que precisamente en la sombra no estaba. Que en la zona del incidente, hay suficiente luz. O sea, que la cámara bien podría haber detectado a la mujer. Que de hecho ha sido así. Según las investigaciones, los sensores detectaron el incidente 6 segundos antes del impacto, sin embargo, se alega, que los frenos no respondieron a tiempo. Solo 1.3 segundos antes del impacto, esta “inteligencia artificial” se ha dado cuenta de que necesitaba tomar alguna acción al respecto.

Sin embargo, el vehículo había desactivado los frenos de emergencia antes de todo este incidente, resultando en la lamentable tragedia que te he contado, amigo de la carretera de la información. En cualquier caso, la pregunta sigue siendo ¿a quién se va a condenar entonces?

Con Franco ya habían coches eléctricos en las calles de España. No sé de qué innovación hablan.

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Y mucho antes que eso, en 1885, el primer submarino propulsado por energía eléctrica.